
Retrato de adele bloch-bauer i
La dama de oro
El Retrato de Adele Bloch-Bauer I (1907) de Gustav Klimt, que actualmente se encuentra en la Neue Art Gallery de Nueva York, fue en su día el cuadro más caro del mundo, vendido por última vez en una subasta por 135 millones de dólares.
La obra, un intrincado trabajo de amor, reproduce con afecto y suntuosidad el retrato de Adele Bloch-Bauer, la adinerada clienta de Klimt, y tardó tres años en completarse. Pintado con óleo, plata y oro sobre lienzo, el cuadro es tan conocido por su escandalosa y tumultuosa historia como por su atrevida integración de las técnicas del mosaico bizantino. Antes de su muerte, Bloch-Bauer legó la obra a la Galería Estatal de Austria, pero las fuerzas nazis se la apropiaron inmediatamente durante la Segunda Guerra Mundial. El marido superviviente de Adele, Ferdinand Bloch-Bauer, declaró los cuadros propiedad de sus herederos y herederas. Sin embargo, el Estado austriaco conservó los cuadros hasta su devolución en 2006 a los familiares de los Bloch-Bauers.
Retrato de adele bloch-bauer i análisis
Gustav Klimt (1862-1918) fue un artista austriaco y el líder del movimiento de la Secesión de Viena, cuya obra llegaría a definir el movimiento Art Nouveau. Nacido en 1862 en Baumgarten (Austria), Klimt era hijo de un grabador de oro y plata. Siguiendo la influencia artística de su padre, comenzó a estudiar en la Escuela de Artes Aplicadas de Viena a los 14 años, donde cursó diversas asignaturas, como pintura al fresco y mosaicos. Durante sus estudios, pasó mucho tiempo copiando las obras de los antiguos maestros en los museos de Viena. También vendía retratos con su hermano y trabajaba para un otorgante haciendo dibujos técnicos, todo lo cual ayudó a Klimt a desarrollar una maestría para representar la forma humana. Tras completar sus estudios, abrió su propio estudio en 1883, especializándose en pinturas murales.
Sus primeras obras eran clásicas, en consonancia con la pintura académica del siglo XIX, como demuestran sus murales para el Burgtheater de Viena (1888), por los que recibió la Orden de Oro al Mérito del Emperador Francisco José. A principios del siglo XX, su interés por la forma humana, y más concretamente por la femenina, se amplió con una serie de dibujos eróticos de mujeres. A partir de aquí, Klimt se despojó de las pretensiones clásicas de representar la forma humana con propiedad y comenzó a explorar los temas del deseo humano, los sueños y la mortalidad a través de composiciones ricamente simbólicas que llegarían a definir su estilo. A pesar de la influencia duradera del gobierno tradicional de la ciudad y del establishment artístico, Viena era en esta época un centro de actividad artística bohemia, y las obras de Klimt encajaban perfectamente con los experimentos de otras figuras culturales de vanguardia como Otto Wagner, Gustav Mahler y Sigmund Freud.
Collar Adele bloch-bauer
“Debes adquirir un sentido de la calidad. Cuando seas capaz de apreciar las grandes obras de arte -de las bellas artes y del arte poético- con comprensión, también serás capaz de evaluar a las personas y juzgar si pertenecen a los que merecen la pena o a los que no la merecen.” (Czernin, 1999)
Adele Bloch-Bauer nació en Viena el 9 de agosto de 1881, siendo la hija menor de los siete hijos del banquero Moritz Bauer (1840-1905) y Jeannette Bauer, de soltera Honig (1844-1922). Su padre era el director general de la influyente asociación bancaria vienesa y el presidente de la compañía ferroviaria de Oriente. A los dieciséis años, su protegido mundo se vio sacudido por la temprana muerte de su querido hermano mayor Karl (1871-1897). Es de suponer que fue el trauma de su muerte lo que la llevó a distanciarse de la religión. Al negársele la posibilidad de estudiar y sentirse infeliz en casa de sus padres, el 19 de diciembre de 1899 se casó con el industrial azucarero Ferdinand Bloch (1864-1945), diecisiete años mayor que ella. Su matrimonio siguió al de su hermana Therese (1874-1961) con el hermano de Ferdinand, el doctor en derecho Gustav Bloch (1862-1938). Adele y Ferdinand no tuvieron hijos. En febrero de 1903, ella tuvo una niña que nació muerta, y a principios de octubre de 1904 dio a luz a un niño llamado Fritz, que murió al día siguiente de nacer. Estos trágicos acontecimientos personales pueden haber influido en la forma en que el artista Klimt decidió eternizar a Bloch-Bauer en sus dos majestuosos retratos de ella, pero sólo recientemente se han tenido en cuenta en la investigación histórica del arte.
Mujer de oro
El fascinante resplandor de la mirada de Adele Bloch-Bauer en el retrato dorado de Gustav Klimt de 1907 no deja entrever el turbulento destino que le esperaba al cuadro. El Retrato de Adele Bloch-Bauer I, encargado por su marido Ferdinand, industrial azucarero, le llevó a Klimt tres años de trabajo, y se terminó en medio de especulaciones de que el artista austriaco y su personaje de la alta sociedad eran amantes. Tras la muerte de Adele en 1925 a causa de una meningitis, la obra maestra permaneció en la casa vienesa de los Bloch-Bauers hasta que los nazis se anexionaron Austria en 1938. En medio del saqueo cultural de los nazis, fue uno de los cinco cuadros de Klimt que se llevaron de la residencia de los Bloch-Bauer, y que acabaron en la Galería Belvedere de Viena. Ferdinand murió en el exilio en Suiza en 1945.
La única constante es el propio retrato de Klimt. Es un testigo de los temas de la película”, dice Curtis. Es la Mona Lisa de Austria, pero también es un símbolo de los años dorados de Viena. Resulta que es una obra maestra que se puede encontrar en tarros de mermelada, zapatillas y camisetas, pero nada de las reproducciones te prepara para su magnificencia cuando la ves por primera vez”.
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