Maquina de vapor de la revolucion industrial

Maquina de vapor de la revolucion industrial

El impacto de la máquina de vapor en la sociedad

Las revoluciones industrial y de los transportes fueron impulsadas principalmente por el desarrollo de las máquinas de vapor, que serían la base de muchas de las nuevas máquinas y equipamientos que marcarían el futuro.    La primera máquina de vapor comercial fue inventada en 1712 por un inglés llamado Thomas Newcomen, estos modelos originales se utilizarían para bombear agua de las minas inundadas. Aunque se trataba de una innovación, estaban lejos de ser los motores que impulsarían las economías del siglo XIX, ya que tendrían que ser más fiables y consistentes para ser aplicados a la fabricación.

En 1781 encontrarían por fin la forma de conseguir una forma más práctica de energía con la ayuda de James Watt. El nuevo motor de Watt estaba diseñado para crear potencia rotativa y podía hacerlo de forma constante siempre que la fuente de calor estuviera presente.    Estas máquinas originales requerían grandes cantidades de madera y agua para funcionar, lo que hizo que muchas de las fábricas de la revolución industrial se construyeran cerca de ríos y otras fuentes de agua constantes y fiables. Estas máquinas originales aún tendrían que recorrer un largo camino hasta que pudieran aplicarse de forma práctica al transporte.

La revolución industrial del tren

La invención de las máquinas de vapor desempeñó un papel importante en la Revolución Industrial de finales de 1700 y principios de 1800. Explore la definición de una máquina de vapor y su funcionamiento, su historia temprana y su progreso, y cómo contribuyó al transporte y a la sociedad.

¿Qué es una máquina de vapor? Una máquina de vapor utiliza el calor y el vapor para crear energía mecánica. A lo largo de la historia ha habido muchos tipos diferentes de máquinas de vapor; algunas utilizan madera y otras carbón para generar el vapor necesario. La mayoría de las máquinas de vapor funcionan calentando agua en una cámara, que crea o mantiene el vapor. La presión del vapor puede entonces dirigirse a través de tuberías y válvulas para generar energía mecánica. Las máquinas de vapor se han aplicado a una amplia gama de usos. Las primeras máquinas de vapor eran simples bombas utilizadas para extraer el agua de los pozos de las minas. Tras algunas mejoras, se utilizaron máquinas de vapor más eficientes y potentes para impulsar trenes, barcos y fábricas enteras.

Inventos de la revolución industrial

La máquina de vapor, ya sea utilizada por sí sola o como parte de un tren, es el invento emblemático de la revolución industrial. Los experimentos realizados en el siglo XVII se convirtieron, a mediados del XIX, en una tecnología que impulsaba enormes fábricas, permitía profundizar en las minas y movía una red de transportes.

Antes de 1750, la tradicional fecha arbitraria de inicio de la revolución industrial, la mayoría de las industrias británicas y europeas eran tradicionales y dependían del agua como principal fuente de energía. Se trataba de una tecnología bien establecida, que utilizaba arroyos y norias, y que estaba probada y ampliamente disponible en el paisaje británico. Había grandes problemas porque había que estar cerca del agua adecuada, lo que podía llevar a lugares aislados, y ésta tendía a congelarse o secarse. Por otro lado, era barato. El agua también era vital para el transporte, con los ríos y el comercio costero. Los animales también se utilizaban tanto para la energía como para el transporte, pero su funcionamiento era costoso debido a su alimentación y cuidados. Para que la industrialización fuera rápida, se necesitaban fuentes de energía alternativas.

¿Por qué la máquina de vapor fue un invento tan importante?

Antes de la máquina de vapor, si se quería generar un movimiento útil -moler trigo, serrar troncos, bombear agua- había que recurrir a las fuerzas naturales. Se podía aprovechar el viento o el agua, con molinos. O se podía utilizar la fuerza muscular de los animales domésticos o, en su defecto, la propia.

Pero todas estas fuentes de energía, por sí mismas, tienen serias limitaciones. El viento y el agua no son portátiles: hay que ir donde están, y su energía no puede utilizarse en otro lugar. El viento, sobre todo, no es fiable: el viento sopla cuando quiere, y no puedes encenderlo o apagarlo. Y todos ellos son limitados: no se puede hacer el río más fuerte, ni diseñar un caballo más eficiente.

La importancia de la máquina de vapor es que era una forma de convertir el calor en movimiento. Con este ingenioso dispositivo, ahora podíamos utilizar combustible en lugar de viento, agua o fuerza muscular. De hecho, la máquina de Newcomen se llamó originalmente “máquina de fuego”.

El combustible puede transportarse, por lo que los motores pueden funcionar en cualquier lugar. El combustible puede quemarse en cualquier momento, y puede arrancarse y detenerse a voluntad. Si se necesita más energía, se puede utilizar más combustible, tanto como sea posible. Y gracias a las innovaciones mecánicas, podemos mejorar la eficiencia y la potencia de los motores.