Arte contemporaneo para colorear

Arte contemporaneo para colorear

Pintura de campo de color contemporánea

Los colores complementarios son dos colores que están en lados opuestos de la rueda de color. Como artista, saber qué colores son complementarios entre sí puede ayudarte a tomar buenas decisiones sobre el color. Por ejemplo, los complementarios pueden hacer que el otro parezca más brillante, pueden mezclarse para crear tonos neutros eficaces o pueden mezclarse para crear sombras.

En el corazón de la teoría del color, los colores complementarios son los tonos opuestos en la rueda de color. En su forma más básica, son un color primario y el color secundario que se crea al mezclar los otros dos primarios. Por ejemplo, el color complementario del amarillo es el morado, que es una mezcla de azul y rojo.

La rueda de colores puede dividirse infinitas veces para incluir todos los gradientes entre estos tonos básicos. Lo más importante es entender que, independientemente del tono o la tonalidad del color, el color opuesto es siempre su complementario.

Otra cosa que notarás es que un par de colores complementarios está formado por un color frío y un color cálido. Los naranjas, rojos y amarillos son los colores cálidos, mientras que los azules, verdes y morados son los colores fríos. Esto ayuda a crear lo que se conoce como contraste simultáneo, los mayores contrastes disponibles en la rueda de color.

Ejemplos de arte contemporáneo

Los colores están vinculados a los recuerdos, las experiencias y nuestros entornos. Para celebrar el mundo del color y sus efectos en las realidades que percibimos, el Mint Museum presenta ahora In Vivid Color: Pushing the Boundaries of Perception in Contemporary Art. La exposición se presenta en el Mint Museum Uptown y cuenta con cuatro innovadores artistas contemporáneos: Gisela Colon, Spencer Finch, Jennifer Steinkamp y Summer Wheat. Las instalaciones de la exposición están diseñadas para que cada espectador sienta y se relacione con las obras de arte según su percepción del color.

“Estamos muy contentos de poder compartir con nuestros visitantes estas obras de arte tan impactantes y atractivas”, afirma el doctor Jonathan Stuhlman, conservador jefe de arte americano del Mint Museum. “No sólo demuestran la amplia gama de formas innovadoras en que los artistas utilizan el color, sino que también nos inspiran a reflexionar sobre las muchas maneras en que el color se infiltra en nuestros recuerdos, funciona simbólicamente en nuestra vida cotidiana, crea experiencias compartidas y provoca conversaciones y conexiones.”

Qué es el valor en el arte contemporáneo

25 de octubre de 2015 Anika D. Impulsada por Mark Rothko, Barnet Newman y Clyfford Still a finales de la década de 1940, la pintura de campos de color se convirtió en un movimiento importante en las décadas siguientes, influyendo en las generaciones de jóvenes artistas de todo el mundo. A diferencia de la abstracción gestual, la pintura de campos de color se convirtió en una importante fuente de inspiración para aquellos artistas más interesados en el potencial expresivo del color, independientemente de la sugerencia de formas o líneas. Recientemente hemos hablado del retorno del arte abstracto en la práctica artística y de su gran reaparición en el mercado del arte mundial, y este vástago del expresionismo abstracto no debería pasarse por alto. La pintura de campos de color sigue viva y coleando hoy en día, y hay numerosos artistas contemporáneos que siguen los pasos de sus predecesores, construyendo sobre los cimientos que fueron desechados por los críticos hace décadas.

Durante los últimos años de la década de 1940 y los primeros de la de 1950, el expresionismo abstracto se estableció como un movimiento dominante en Estados Unidos, brotando diferentes tendencias dentro de su propio canon estético. A diferencia de la abstracción gestual centrada en la acción y el contexto del proceso artístico, más notable en el estilo pictórico de Jackson Pollock y William de Kooning, la pintura de campos de color tomó un giro diferente, concentrándose en las intrincadas intercalaciones de color y la sutil coherencia de formas y colores. La aparición de la pintura de campos de color se relaciona ahora con los tres nombres más importantes del campo del abstraccionismo. Mark Rothko, Barnet Newman y Clyfford Still, que al mismo tiempo emprendieron sus viajes independientes para encontrar el estilo pictórico más delicado, aquel capaz de expresar el anhelo de lo sublime y la trascendencia, los sentimientos esenciales y más puros. Mark Rothko lo encontró en su composición rectangular de campos de color turbios, Newman en las obras de color puro y cremalleras verticales, y Still en las composiciones irregulares y de textura pesada de colores y superficies yuxtapuestas. El hilo común entre sus estilos era la orientación hacia la imaginería monolítica, los campos planos de color y las superficies ininterrumpidas. A mediados de la década de 1950, el crítico de arte Clement Greenberg introdujo el término pintura de campos de color para diferenciar estas tendencias de otras formas de expresionismo, y en los años siguientes la pintura de campos de color se convirtió en un movimiento por derecho propio.

Carta de colores: reinventar el color, de 1950 a hoy

El desarrollo del arte está ligado a nuestro interés por la visión. El arte moderno surgió en Francia de la mano de artistas como Paul Gauguin (1848-1903), Paul Signac (1863-1935), Vincent van Gogh (1853-1890) y Paul Cézanne (1839-1906) en la segunda mitad del siglo XIX. Durante el mismo periodo, los científicos comenzaron a explorar cómo vemos. La nueva comprensión de la visión influyó en el desarrollo del arte y en nuestra forma de entenderlo.

Con las revoluciones artísticas y científicas del siglo XIX, la tradición de la pintura histórica sublime, inspirada en temas políticos, espirituales o mitológicos, perdió su posición dominante. Asimismo, la visión descarnada del retrato moderno muestra un interés por la “verdad” más que por los valores formales del “alto arte”, o por presentar una “imagen del poder”. Los artistas se dedicaron a representar la vida moderna con sus temas, a veces menos sublimes, que se representaban cada vez más con colores y formas no naturalistas. A principios del siglo XX, artistas como Henri Matisse (1839-1954) afirmaban que el color y la forma sólo podían alcanzar su máximo potencial si se independizaban de los objetos que representaban. Es importante destacar que los artistas modernos hacían hincapié en la visión de cada uno de ellos y, por lo tanto, en su visión.